A veces. Sólo a veces.
Muero, inconexo. Incitado por el embite de los elementos. Azuzado por la tristeza que me desmembra, me desgrana, me desola. Espero encontrar sin buscar y busco sin esperanza; espero, atenazado por el miedo, que a la gente se le olvide abrazar.
Sentirte solo por fuera y por dentro. Tan sublime soledad que hasta mi sombra me abandonó. Me vence la inconsistencia; puede conmigo lo irrespetuoso de la vanalidad, la vanidad cincelada a golpes en la carne del ajeno y el odio irracional creciente que busca resquebrajar la soledad del espíritu haciéndote perecer en la mirada interior que mantienes para, sin más resuello, sofocar lo que te queda de vida.
Sentirte solo por fuera y por dentro. Tan sublime soledad que hasta mi sombra me abandonó. Me vence la inconsistencia; puede conmigo lo irrespetuoso de la vanalidad, la vanidad cincelada a golpes en la carne del ajeno y el odio irracional creciente que busca resquebrajar la soledad del espíritu haciéndote perecer en la mirada interior que mantienes para, sin más resuello, sofocar lo que te queda de vida.
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